24 – Noviembre – 2010
La búsqueda que tanto ha atormentado mi existencia está llegando a un punto culminante, aunque temo por mi vida ahora más que nunca. Le he seguido la pista hasta el puerto de Veracruz, tal parece que Pedro Bermúdez quiso regresar a su lugar de origen, de hecho, más que regresar, huir.
La investigación que Omar y yo hemos estado realizando acorde al diario que he encontrado nos ha llevado a descubrir lo que tal vez sea uno de los secretos más obscuros que la Iglesia ha tratado de ocultar.
Se dice que Bermúdez solo pudo componer un libro de coro estando en la Catedral de Puebla, pero en su diario el relata la petición de uno de los cardenales españoles de esa época, y gran influyente en la política eclesiástica, que había llegado a Puebla para una visita a las mayores ciudades devotas de la nueva España: Bernardo Sandoval, el cual le encarga a Bermúdez la composición de cuatro misas para semana santa.
Espero que no sean las mismas cuatro misas que me han mandado a componer a mi. Necesito descubrir el sendero que le fue obligado a tomar y tal ves así encontrar a Pedro Bermúdez.